El último barómetro del CIS ha detectado que "La preocupación por el paro alcanza máximos históricos".
Ante ese dato la prioridad absoluta de los gobiernos democráticos (en teoría "con predominio del pueblo") debería ser el empleo, sin someterlo a otros intereses, como los de las grandes empresas y su "competitividad". Eso se ha hecho en las últimas reformas laborales y se pretende hacer con el Pacto del Euro, que obligará a los estados a adoptar restrictivas "medidas impopulares" (contra la voluntad del pueblo) y que resultará, entonces, profundamente antidemocrático. Por ello varias plataformas, entre ellas democraciarealya, que convocó la manifestación del 15 de mayo, vuelven a llamar a la movilización para el día 19 de junio.
De ello trató el último programa de la radio ("El pensódromo", ya sabéis, en Cope Cataluña). Hablamos de cómo según la Escuela de Frankfurt el sistema liberal-capitalista sacrifica la racionalidad global (por ejemplo, el reparto equitativo del trabajo o la riqueza) a costa de la racionalidad local (de cada empresa puntual). Eso se ve en el supuesto del que hablamos y que incluyo en el artículo que he escrito al respecto, espero que os resulte interesante:
Según el DRAE:
trabajo.
2. m. Ocupación retribuida.
Esa retribución es de lo que vivimos (excepto la exigua minoría que vive de lo que produce su capital) La estadística del CIS muestra la preocupación por la fragilidad creciente de ese sustento (agravada por abaratamientos del despido) y por la altísima tasa de paro.
Supuesto:
Supongamos que un grupo de personas tenemos un trabajo que hacer. Seguramente nos pondríamos de acuerdo y dividiríamos la tarea entre todos. ¿Cómo es que, entonces, no lo hacemos en la realidad?
Realidad:
Como muestra este artículo, en España al inicio de la crisis el número de horas no disminuyó, sino que incluso aumentó levemente. En cambio, el número de personas trabajando se desplomó. Trabajo sigue habiendo, pero peor repartido. ¿Cómo puede ser, cuál es la causa de que no repartamos la tarea?
Causa filosófica:
El liberalismo económico es una filosofía política que propone dejar la economía sin control, lo que equivale a la ley del más fuerte en ese campo. Lo mejor para los más fuertes es que exista una reserva de personas sin empleo, para contratarlas sólo en los momentos en los que convenga para su producción, y para presionar a las que sí tienen trabajo con el miedo a perderlo (lo peor para los más débiles es justo eso mismo).
Adam Smith fue uno de los teóricos de esa filosofía liberalista, creando conceptos como "la mano invisible", que mágicamente haría que, sin regulación, la economía funcionase bien. Evidentemente esa mano misteriosa no se puede ver... porque no existe. Crisis como la actual lo evidencian.
Incluso grandes especuladores actuales, como George Soros (verlo aquí), utilizan para entender mejor la economía, los trabajos de un filósofo y economista distinto, Karl Marx, que fue quien describió cómo el capital desregulado genera un "ejército industrial de reserva", es decir, desempleo. Soros escribió que el capitalismo necesita regulación por parte de la sociedad:
"El capitalismo necesita a la democracia como contrapeso debido a que el sistema capitalista por si mismo no tiene una tendencia hacia el equilibrio. Los propietarios de capital buscan maximizar sus beneficios. Dejándolos a su propia naturaleza ellos continuarían acumulando capital hasta que ello llevara al desequilibrio. Marx y Engels escribieron un muy buen análisis del sistema capitalista hace 150 años y mejor en cierto sentido, yo diría, que la teoría del equilibrio de los economistas clásicos."
"La crisis del capitalismo global"
Por eso ha terminado surgiendo un movimiento por la democracia real para exigir ese contrapeso democrático para un sistema que, incontrolado, aquí está provocando niveles de desempleo juvenil superiores a los de Túnez al inicio de las protestas. Precisamente hoy domingo 12, a las 12 el profesor Navarro, de la Universidad Pompeu Fabra, habrá hablado en la Plaza de Catalunya, ante los "indignados" por esa situación.
Si casi el 90% de la población está preocupada por el trabajo, ¿cómo resolver el desempleo?. Justo así se titula un artículo del propio Vicenç Navarro que recomiendo leer pinchando aquí, y del que extraigo estas frases:
"...la disminución de la demanda está detrás del estancamiento económico". "De ahí la enorme necesidad de que el sector público intervenga y ayude a llenar este vacío de demanda. Y la mejor manera de hacerlo es creando empleo financiado con fondos públicos." "El PIB per habitante en España es ya el 93% del promedio de la UE-15". "Los fondos existen pues, lo que pasa es que el estado no los recoge".Políticas expansivas reaniman la economía, restrictivas la paralizan. Creando empleo público se combate al paro. Recortándolo se agrava. Más empleo (público o privado) genera una cadena de demanda que a su vez crea más empleo.
Otras propuestas, completamente viables, para redistribuir el trabajo son:
- No alargar sino acortar la edad de jubilación, no más "abuelo trabajando, nieto en el paro".
- No alargar, sino acortar, la jornada laboral, recuperando el objetivo de las 35 horas.
- No acortar, sino alargar, los permisos por maternidad, etc.
Otra cosa es que se priorice, en lugar del empleo, la productividad de las empresas españolas, que NO están en crisis, sino lucrándose aceleradamente, con beneficios de récord histórico (cifras aquí)
Todo esto respecto al trabajo remunerado, característico de nuestro sistema capitalista. El antropólogo Karl Polanyi, en su libro "La gran transformación" habla de cómo el capitalismo convirtió en mercancías cosas que no lo eran, las "tres mercancías ficticias": La tierra, el propio dinero, y el trabajo (lo que puede aclarar la actual crisis ecológica, financiera y social)
En casa, por ejemplo, con la familia, no se trabaja por dinero (ni yo en este blog, o en la radio o en el café filosófico del Penicilino, o practicando bookcrossing...).
Hay gente que cree que para valorar algo hay que ponerlo precio. Yo creo que tiene valor lo que hagas de corazón y disfrutando, cobres por ello o no.
Hay otras muchas formas de organizar la economía de una sociedad, en la nuestra, si el sustento viene del trabajo remunerado, la justicia exige que todos podamos trabajar, si no es posible, ello delata que el sistema en sí es injusto, y debe ser regulado para que lo sea.
Reivindicar que se haga eso, en lugar de lo contrario, es el motivo de la protesta del próximo 19 de junio.
"la disminución de la demanda está detrás del estancamiento económico". "De ahí la enorme necesidad de que el sector público intervenga y ayude a llenar este vacío de demanda"
ResponderEliminarSe puede crear empleo creando (artificiosamente) demanda. En mi opinión esto es un error. El mayor problema que existe hoy en el mundo es el del deterioro medioambiental. No lo es por los efectos que ya está causando si no por los que previsiblemente causará en tiempos no muy lejanos (en el presente siglo). Las causas fundamentales de este deterioro son la superpoblación y el consumismo desbocado de una parte significativa de la población mundial. Por ello, no se debe crear demanda si no todo lo contrario, promover la austeridad, eso sí, bien entendida: que sea compatible con una vida digna de toda la población.
La solución alternativa es el reparto del trabajo. Si la demanda debe disminuir, el trabajo se debe repartir (lo cual beneficiaría enormemente la calidad de vida de los trabajadores ya que podrían compatibilizar su vida laboral con su vida personal). A principios del siglo XX hubo quien pronosticó el fin del trabajo como consecuencia del desarrollo tecnológico. Había y hay razones para pensar que el desarrollo tecnológico nos puede liberar de buena parte de la carga que es el trabajo, pero siempre que el que hay que hacer inevitablemente, se reparta
Jose
Estoy de acuerdo que existe un límite de lo que el medio ambiente puede soportar y aportar al crecimiento de nuestras economías, y que por tanto, deberíamos avanzar hacia el paradigma del DECRECIMIENTO lo antes posible.
ResponderEliminarLa base, efectivamente, es reducir la demanda excesiva (por supuesto, no la de países, familias o individuos que no alcancen niveles mínimos).
Entrar en ese paradigma sería aceptar que, en muchos sectores, empresas y fábricas cerrarían.
Como dice uno de los defensores de la teoría del decrecimiento, el profesor Taibo, de la UAM, en http://www.decrecimiento.info/2009/05/entrevista-carlos-taibo-el.htmlesta entrevista:
"¿qué hacemos con los millones de trabajadores que en la UE quedarían en desempleo de resultas de lo anterior?
Pues por un lado colocarlos en una economía social y medioambiental que tiene que crecer y por el otro repartir el trabajo en los sectores económicos que permanecerían sobre el terreno."
Efectivamente, com bien dices, el trabajo se debe repartir. También crear puestos en la economía social. Son propuestas ya mencionadas en el artículo.
Pero:
Mientras no entremos en ese paradigma, es decir, mientras no se apliquen esas medidas de redistribución del trabajo (incluyendo amplias reducciones de jornada laboral etc.) y de fortalecimiento de sectores sociales y ambientalmente sostenibles, seguiríamos en el contexto actual. En ese contexto, en el que estamos ahora, menos demanda conlleva cierre sin redistribución, es decir, más desempleo.
Por eso el objetivo debería ser ir avanzando a ese nuevo modelo, sostenible y equitativo, con los pasos ya detallados: creación de empleo en economía social y sostenible, y redistribución de las horas de trabajo. Regulación de la dinámica que genera el liberalismo, que concentra la riqueza y el trabajo en cada vez menos población, y que prioriza los beneficios empresariales al equilibrio medioambiental y social.
Avanzando en ello se podría plantear avanzar en el decrecimiento que, tarde o temprano, habrá que abrazar... racional y gradualmente o a la fuerza, por el sucesivo agotamiento de recursos.
Gracias por traer el tema a colación, pues es un punto importante a tener en cuenta.
Precisamente en este artículo se habla de un ejemplo de cómo se pueden llevar acabo el tipo de propuestas que mencionábamos, crear empleos que sustituyan a los de sectores a reducir, en un campo que redunde en beneficio social y medioambiental.
ResponderEliminarConcretamente, se habla del yacimiento de empleo del transporte colectivo.