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"Cuando un hombre miente mata una parte del mundo" Excalibur |
Además, fue uno de los más intensos que recuerdo, en muchos sentidos, desde la cantidad de experiencias y ejemplos concretos expuestos, o de dilemas éticos imaginados, hasta las referencias y citas filosóficas, que muestran cómo muchos miembros del grupo siguen la investigación durante el mes en sus ordenadores y bibliotecas. También fue intensa, y aportó mucho que aprender, la propia práctica del coloquio, y es que aunque se tocaron cuestiones muy sensibles y se expusieron y argumentaron puntos de vista a veces opuestos, conseguimos aprovechar todo eso para "ver ambas caras de la moneda" y así avanzar sumando ambas y disfrutar aún más de profunda conversación que caracteriza esta actividad.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Repasé lo visto en la anterior sesión, sobre el mismo tema, y añadí alguna mención a las muchísimas nociones y sistemas éticos que no pudimos tocar entonces, como las éticas del punto medio (Aristóteles, el délfico "nada en exceso", la vía media budista, el "aurea mediocritas" epicúreo, etc.) o el mito de Prometeo en la versión de Platón, como fábula para ilustrar cómo la prudencia, el respeto a los demás, es algo innato a todo ser humano y su mejor capacidad, ya que su fuerza está en ser capaz de asociarse en comunidades y ciudades.
También mencioné el "intelectualismo moral" de Sócrates, que identifica el mal con el error y la ignorancia, haciendo responsable también a la propia comunidad que no sea capaz de educar a sus miembros, y ya durante el coloquio desde varios participantes fuimos añadiendo conceptos de Adela Cortina, Diógenes, el movimiento Zeitgeist, Wittgenstein, Descartes, Ortega y Gasset, etc. y sobre todo, cómo no, Kant.
Respecto a la mentira también aludí a Sócrates que definía la Filosofía como una "búsqueda de la verdad, como medida de qué hacer y norma de conducta" y respecto a fines-medios y sus confusiones, hablé sobre las éticas basadas en el consecuencialismo, Bentham, Maquiavelo, etc.
COLOQUIO
La base y eje central fue la pregunta que traíamos de la anterior sesión:
¿Puede una mentira estar justificada si es por un buen fin?.
Ya en la introducción señalé que si la filosofía es una búsqueda de la verdad, su análisis sobre la mentira no puede ser favorable, por un lado, y por otro que las éticas consecuencialistas sí justificarían esa opción si las consecuencias produjeran mayor beneficio y menor perjuicio para la mayor cantidad de personas.
En este sentido, y ya en concreto, se fueron proponiendo diversos y provocativos dilemas morales, desde el de la mentira y los Reyes Magos (¿es mayor el beneficio de la ilusión como motivación a cambio del perjuicio de la ilusión como engaño?), el de los castigos a asesinos y violadores (en contra de las escuelas que Sócrates proponía como alternativa a las cárceles), o incluso la tortura como medio para mayores fines. Paradojas en las que deriva el abuso de la premisa consecuencialista que caracteriza cada vez más, preocupantemente, nuestra cultura actual, centrada en objetivos, sobre todo económicos, a lograr y llevar al máximo, por encima de cualquier otra consideración (algo totalmente incompatible con las éticas del punto medio, ya mencionadas, por ejemplo), convirtiendo inlcuso las decisiones éticas en cálculos de costos y beneficios obtenibles (incluso respecto al caso de las recompensas del día de Reyes se estaba comentando el tema cuando tuvimos que cerrar el coloquio, dejándonos ganas de seguir en casa...).
Varias veces se manifestó la necesidad en nuestra sociedad de una educación en valores y en ética en general, ya que ahora, sin la guía moral impuesta de la religión es imprescindible que los ciudadanos pongan en práctica su autonomía y sus capacidades críticas para orientarse en la vida y en sus decisiones y visiones de ella. En definitiva la necesidad de la ética y la filosofía en el sistema educativo, al menos, y fuera de él, además.
PRÓXIMA SESIÓN
El concepto elegido para el café filosófico de febrero fue la libertad, justo el primero de nuestra historia, allá por marzo de 2009, y que trataremos por cuarta vez ya. Hasta entonces, en el Penicilino, precisamente, en la plaza de la Libertad.